sábado, 24 de septiembre de 2011

La Peste Negra



La gran pandemia que afectó a Europa por más de un siglo, provocó, desde su
llegada en 1348, un gran impacto entre la población. Desde el siglo VIII no se tenían
noticias de esta enfermedad, que en tiempos de Justiniano había brotado en los
Balcanes. Además, en su propagación por todo el continente influirán las importantes
redes comerciales que se habían tejido entre Europa y Oriente. La Peste llega a Europa
de la mano de los exóticos productos que traen desde Asia los mercaderes. Y según
algunos autores, la virulencia y mortandad alcanzada, está muy relacionada con lo mal
alimentada que estaba la población, que recientemente había enfrentado crisis
económicas, períodos de malas cosechas y con ello, una grave hambruna.
En la Edad Media se usaba la palabra peste y plaga para referirse a cualquier
calamidad, sobre todo aquellas epidemias que producían gran mortandad, como la gripe
o la viruela. Jaume Aurell recuerda lo poco documentadas que están las enfermedades
en las crónicas medievales. Sin embargo, esta situación cambia cuando se trata de
epidemias graves. La ‘Peste Negra’, que asoló Europa entre 1347 y 1400, fue la más
mortífera de todas.
Actualmente, se sabe que la enfermedad es una zoonosis, es decir, una
enfermedad transmitida por los animales, producida por el ‘Yersinia Pestis’, un bacilo
descubierto en 1894, al ser aislado en Hong Kong. Este bacilo era transmitido por las
pulgas y otros parásitos de las ratas grises y negras, que al convivir con la gente, le
contagiaban fácilmente. Además, el Yersinia Pestis no sólo afectaba a las ratas
domésticas. También a roedores salvajes, como marmotas y ardillas, y en sus húmedas
madrigueras se generaba un microclima propicio para la supervivencia de las pulgas
transmisoras. Además, sus pulgas son más resistentes que las de las ratas, sobreviviendo
a la muerte de sus huéspedes. Así, puede contagiar al hombre o a otros roedores.
La cacería, practicada por los pueblos nómades de las estepas, contribuyó a la
propagación del bacilo, ya que las pieles de estos roedores salvajes eran aprovechadas
como vestimenta. Con el establecimiento de la dominación mongola y su activa
participación en el comercio oriental con Europa, habrían contribuido a la difusión de la
Peste. Porque ésta viajó desde las estepas hasta el Mar Negro, alcanzando
Constantinopla, Asia Menor y África, y viajando por el Mediterráneo, llegó a Europa.

Aproximadamente 25 millones de muertes tuvieron lugar sólo en Europa junto a muchas otras en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas con los pocos supervivientes huyendo y expandiendo a enfermedad aún más lejos. El descenso demográfico fue en algunas zonas realmente terrorífico. En China y en la India por ejemplo, la peste produjo entre los enfermos que la contrajeron una mortandad que iba del 60 al 90%, los índices de la pulmonar fueron prácticamente del 100%, de ahí que los cronistas de la época nos hablen de que desapareció una cuarta parte, la mitad, o incluso nueve décimas partes de la población.

La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento de la movilidad social según la despoblación erosionaba las obligaciones de los campesinos (ya debilitadas) a permanecer en sus tierras tradicionales. La repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un incentivo para la innovación que rompió el estancamiento de las épocas oscuras y, algunos argumentan, causó el Renacimiento, a pesar de que el Renacimiento ocurriera en algunas zonas (tales como Italia) antes que en otras. A causa de la despoblación, sin embargo, los europeos supervivientes llegaron a ser los mayores consumidores de carne para una civilización anterior a la agricultura industrial.

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